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viernes, 6 de enero de 2012

Capitulo 3

A la mañana siguiente me despierto temprano, porque tengo instituto. Dana sigue durmiendo.
"Esta es de las mías" - pienso y sonrio.
Bajo a desayunar y le pongo un cuenco de leche a Dana. Después subo a vestirme y a por ella para sacarla al jardín, cuando termina volvemos dentro. Miro la hora, eran las 07:44
Cojo la mochila, el móvil y las llaves, voy a despedirme de la perrita, aunque me da pena dejarla sola o, tal vez, cosa de que haga algo, pero tengo que ir al instituto, así que salgo y cierro la puerta.
Justo cuando empiezo a andar, me encuentro con Ángelo, lo espero para ir juntos y cuando está a mi lado se acerca para darme dos besos.
-- Hola, cariño - me dijo con una sonrisa.
-- Hola - le respondí sonriendo.
Ángelo es italiano, y uno de mis mejores amigos. Le gustan los hombres y es muy metrosexual, es a decir, cuida mucho su aspecto. A simple vista no parece para nada gay. También hay que decir que es un cielo.
Nos dirigimos al instituto, más o menos unos 15 minutos de camino. Mientras tanto hablamos de los exámenes finales, que están a la vuelta de la esquina.
Cuando llegamos vemos la multitud de gente, toda separada por grupos, algunos por parejas. Vamos a las escaleras que están en frente de conserjería, que es donde nos ponemos nosotros, ahí. Como de costumbre vemos a Kathy, Maggi, Kate y Dominique en el mismo sitio de cada mañana, esperándonos.
-- Hola chicas - digo.
-- Hola - respondieron todas.
Maggi era rubia y alta pero sus ojos en vez de azules, eran verdes, en cambio Dominique era morena y bajita y sus ojos eran marrones. Kate al igual que Kathy, era morena y después de Maggi era la mas alta. Sus ojos destacaban entre todos, eran de un tono azul grisáceo con betas de color miel, eran preciosos.
-- Oye Leslie, que no se te olvide que hoy son las pruebas de teatro en el salón de actos - me recuerda Maggi.
-- No, tranquila - contesto.
Vale sí, me gusta el teatro, y mis amigos quieren que vaya a hacer las pruebas y que lo intente, así que hace tres días vino Kathy diciéndome que me habían apuntado, y que las pruebas para la representación eran hoy.
-- Bien - dice.
-- Estaremos todos presentes, ¿vale? - dijo Dominique contenta.
-- Sí, te estaremos apoyando y dándote ánimos - dice Ángelo -. Pero si se nos escapa alguna risita no te enfades, eh - dijo y se rieron todos.
-- Pero, ¿vais a ir todos en serio?
-- Si, todos - me contesta Kathy divertida.
Suena el timbre y nos vamos a nuestras respectivas clases. Kathy y yo nos vamos a la nuestra y nos sentamos juntas.
Durante la primera hora de matemáticas del profesor Stan, como de costumbre, no pasa nada interesante. En el intercambio Bianca Cooper se choca conmigo. Creo que lo ha hecho intencionadamente, porque esa chica no hace nada sin querer.
Es la chica mas repelente de todo el instituto, la típica niña de mamá y papá que tiene todo cuanto quiere y que cree que manda en todo. Pues conmigo la lleva clara.
-- Brooks aparta, siempre estas en medio, ¡a ver si miras por donde vas, estorbo!
"Dios, que tía mas tonta" - pienso.
-- Lo que tu digas, cariño - le digo sonriendo falsamente y me voy a hablar con Kathy.
Cuando llega el profesor de biología me siento en mi silla y de pronto me acuerdo de ese sueño tan extraño que me acecha, en el que me dicen que recuerde, y otra vez me pongo a pensar en qué tengo que recordar, pero es algo imposible, no consigo nada mas que un dolor de cabeza terrible.
La tercera hora es más de lo mismo, la misma rutina aburrida de cada día. En el recreo me quedo en clase un momento y salgo cuando todos los demás ya se han ido.
Al salir me tropiezo con Blake. Es un curso superior, lo que quiere decir, que tiene 18 años, un año mayor que yo.
Su pelo es de un negro tirando para marrón y sus ojos son de un color marrón intenso, es alto y también musculoso.
-- Anda, pero si está aquí mi renacuaja.
-- No soy tu renacuaja, Blake - le digo -. Déjame pasar - añado, pues me está cortando el paso.
-- Y si no lo hago, ¿qué pasa? - dice divertido.
Cada vez se acerca más.
-- Blake apártate - le digo intentando zafarme de él.
Se acerca un poco más y me hace retroceder hasta chocarme con la pared y él pone su mano izquierda apoyada en la pared. Está tan cerca que siento su respiración sobre mí, hasta podría decir que respiramos el mismo aire.
-- Venga, Leslie - me dice en un susurro, me pone la mano que tiene libre en la mejilla delicadamente y me mira a los ojos.


Noto como mi cara se enrojece y me empieza a arder la cara. ¿Qué está haciendo? Esto no es posible.


Se acerca un poco más y posa sus labios sobre los míos hasta besarme. Le empujé y le metí un guantazo.
-- Pero, ¿qué haces? - le grité -. Que no se te ocurra volverlo a hacer, ¿me has oído?
Vi que se puso la mano en el cachete, lo tenía un poco rojo y los dedos marcados.
Me doy la vuelta y me voy. ¿Qué hacía Blake besándome?


Nunca antes me ha besado nadie... Nunca he sido una chica que llamara la atención, porque me gusta pasar desapercibida, y justo ahora me roban mi primer beso.


Intento no pensar mucho en ello y voy donde nos juntamos en los recreos y me preguntan que por qué he tardado tanto. Les digo que estaba recogiendo unas cosas y que había ido a dejar un libro en la biblioteca, no digo nada de el inconveniente de Blake, al menos no ahora.
Las ultimas tres horas tenemos exámenes, menos mal que he estudiado. A la salida Kathy y yo nos vamos juntas a mi casa, se va a quedar a comer porque hemos quedado para hacer los deberes y hablar. Después me va a acompañar al instituto para que haga las pruebas.
Cuando llegamos al porche de la casa meto las llaves en la cerradura, se escuchan ladridos y Kathy me mira extrañada.
–– ¿Eso es un perro? – dico sorprendida y yo sonrío.
La puerta se abre, y aparece Dana detrás de la puerta moviendo su pequeña cola.
–– Hola Dana – digo.
–– ¿Y esto? ¿Desde cuándo tienes perro? Tanto tiempo no llevo sin venir a tu casa, ¿no? – dice y sus ojos están bien abiertos.
–– Ayer me la encontré en la esquina de mi calle, me dio pena y la recogí, me la pienso quedar.
Kathy empieza a acariciarla, parece que a la perrita le ha caído bien.
Después de todo eso nos ponemos a comer una ensalada y filetes de pollo; lo más rápido que vimos para hacer, tras acabar hacemos los deberes y hablamos de lo que pasó en su cita con Kyle, sobre su espectacular beso con él y me cuenta que han vuelto a quedar este sábado. Yo le cuento todo lo de Daniel, lo que soñé y lo de que anoche había alguien en el jardín, las cosas tan raras que pasaron ayer, y también todo lo de Blake.
A pesar de no haberlo contado esta mañana, estar a solas con Kathy me dio la confianza suficiente como para contarle lo que ha pasado.
Miro la hora, el ensayo empieza a las 17:30 y son y cinco.
–– Kathy corre, las pruebas, ¡llegaremos tarde!
–– Uy, es verdad, vamos.
Salimos corriendo y llegamos justo a tiempo. Nos paramos delante de la puerta del salón de actos para retomar el aire y entramos.
Vimos ahí a nuestros amigos esperando y la profesora de teatro, la señorita Bailey, estaba en el escenario con unos cuantos alumnos. Me dirigí al escenario y la señorita Bailey me dijo que fuera a entre bastidores mientras que los demás hacían las pruebas.
Iba hacia allí cuando vi a Blake detrás del telón.
"¿Qué está haciendo este aquí?" – pienso irritada.
Intento evitarlo, pero me ve, no quiero hablar con él después de lo de esta mañana, es la última persona con la que quería encontrarme, pero se dirige a mí, otra vez y yo frunzo el ceño y me giro para irme a otro sitio, lejos de él.
–– Oye Leslie... – empezó diciendo.
Su tono era diferente, no era el mismo de siempre – Espera, no te va...
Me doy la vuelta para mirarlo y le corto mientras habla.
–– Mira Blake, no quiero hablar contigo ¿vale?
–– Quería pedirte perdón por lo que ha pasado, no sé por qué hice eso.
Me quedo perpleja, eso no me lo esperaba. ¿De verdad está arrepentido? Nunca me hubiera esperado eso de él, es un caradura, y una cosa así sería la última que hubiera pensado.
Tiene algo diferente, algo en los ojos que no sabría decir qué es. Tal vez no sea tan idiota como todos creen, y tal vez tenga su lado sensible, aun así todo eso me venía grande.
Estamos de pie, uno frente al otro, entre bastidores, el telón granate está detrás de nosotros, y los decorados de madera y cartón de las actuaciones, los focos apagados; no era muy grande, ni tampoco muy espacioso, pero estaba bien.
La luz de donde estábamos los dos estaba apagada, y la única encendida era la del escenario para las pruebas, por lo cual no se veía muy bien.
Por fin me decidí a hablar.
–– No sé qué decir, la verdad es que me lo esperaba todo de ti, menos esto – digo.
–– No tienes que decir nada, solo me sentía mal por eso, y después de ver cómo te fuiste, quise pedirte perdón.
Cada vez me impresionaba más ese nuevo Blake. De pronto escuchamos a la señorita Bailey hablando.
–– Bien, Leslie Brooks es la siguiente.
Me tocaba.
–– Me tengo que ir Blake, ya hablamos – le digo.
–– Vale.
Me giro y empiezo a andar, pienso una cosa, y me paro.
–– Espera, ¿qué estás haciendo tú aquí en el salón de actos? – dije.
Era ya tarde para preguntar eso, pero lo hice.
–– Vengo a hacer las pruebas – me dijo y sonrió.
–– Leslie Brooks, sal al escenario – repite la profesora Bailey.
Otra cosa que jamás me hubiera esperado. Me despedí una vez más y comencé a andar hacia el escenario. Una vez que salgo veo a la profesora, mirando al público y buscando con la mirada a ver si me encontraba.
–– Estoy aquí, profesora.
Bailey se vuelve y me mira con una sonrisa.
La profesora es una mujer de cerca de 50 años, con pelo corto rubio y canoso, y unas gafas que sostiene sobre su gran nariz. Su tez es muy clara y sus ojos son redondos.
Se dirige hacia a mí y me da un guión.
En el título pone: “El sueño de una noche de verano de William Shakespeare.”
La página estaba por cuando la reina Titania despertaba.
–– Lee el párrafo donde la reina empieza diciendo “Te ruego, gentil mortal,...” – dice y seguidamente añade–. Yo haré de Lanzadera.
Estaba un poco nerviosa porque aunque me gustaba actuar, nunca lo había hecho en público, solo delante de mis amigos, pero nunca delante de gente que no conocía. Respiré hondo y comencé.
–– “…Te ruego, gentil mortal, que cantes de nuevo; tus cantos han cautivado mi oído. Asimismo los ojos se han enamorado de tus formas, y la fuerza de tu brillante mérito me obliga a decirte, a jurarte que te amo…” - digo, y es como si sintiera las palabras, como si me salieran del alma.
Recito las palabras como si fueran algo mío, las siento y a la vez camino por el escenario con tal soltura que me sorprende.
Después la profesora comenzó a recitar lo que decía su personaje, y así, sucesivamente hasta que a la profesora le pareció suficiente.
Cuando terminamos escucho aplausos, miro a mis amigos y son ellos, ahí fue cuando me puse roja.
–– Bien Leslie, lo has hecho muy bien – me dice la señorita Bailey sonriendo.
–– Gracias profesora.
Me bajo del escenario y voy directa hacia donde está mi pandilla, me empiezan a decir lo bien que lo he hecho, que seguro que me cogen para la representación aunque yo no lo creo así.

Salimos todos del instituto y cada uno se va hacia su casa.

martes, 3 de enero de 2012

Capitulo 2

Todo está oscuro, no se ve nada, solo el brillo de una tenue y pequeña luz al fondo. Me intento acercar pero parece que no avanzo, o que, tal vez, la luz se aleja mas cada vez que yo adelanto un pie.
Escucho una voz que me sobresalta.
  -- Leslie.
  -- ¿Quién está ahí? - pregunto intentando conseguir una respuesta.
Al final del todo, donde se halla la luz,  se consigue ver algo. Parece que la luz proviene de una casa, pero no estoy segura.
La voz vuelve a hablar sobresaltándome una vez más.
  -- Intenta recordar, tu sabes lo que pasó, recuérdalo.
  “Espera, ¿acaba de decirme la voz que recuerde? Se supone que me desmallé” - pienso un poco anonadada.
  -- ¿Qué tengo que recordar? - pregunto.
  -- Solo recuerda Leslie, recuerda…
De pronto la oscuridad desaparece.

Me despierto un poco aturdida  y con el mismo dolor de cabeza que esta mañana y se me viene el sueño a la mente. ¿Qué se supone que tengo que recordar?
Pienso que solo será un sueño más sin importancia y que de tanto intentar averiguar que pasó la noche anterior solo será una mala jugada de mi subconsciente.
Me levano de la cama y miro la hora. Ya son las seis pasadas, ¿tanto he dormido?
Tengo hambre, así que bajo las escaleras y  me dirijo a la cocina con intención de coger algo de comida, pero no encontré nada de mi agrado.
Con un poco de suerte, tal vez, el supermercado que hay tres calles mas abajo pueda estar abierto. Debería de estarlo por que es 24 h.
Vuelvo arriba, abro mi vestidor y cojo mi sudadera rosa Jack Wills, una camiseta de mangas largas en la que pone “Oh la la” que tengo desde hace tiempo. Unos vaqueros de color claro, mis deportivas Reebok blancas, un gorrito-boina de color marfil y mi bufanda blanco roto. Empiezo a buscar los pendientes de oro que me regaló mi tía las navidades pasadas y que hasta ayer no me había quitado, y me los vuelvo a poner, junto con la ropa. Bajo a la entrafa y cogí mi bolso del perchero que hay junto a la mesita de le entrada, un poco de dinero y las llaves. Me paro en frente de la mesita y me miro en el espejo que hay encima. Estoy bien.
Cuando salgo casa y cierro la puerta con llaves un aire lo suficientemente frío como para congelarme la cara en cuestión de pocos minutos me zarandea.
Tardo unos diez minutos en llegar, por suerte está abierto, pero para mi desgracia veo a con Blake Gray que se ha percatado de mi presencia y se dirige hacia a mí.
  -- Ey, ¿Qué haces por aquí, renacuaja?
  -- ¿A ti que te parece? - le respondí - Ir a comprar.
Blake es el típico creído rompecorazones del instituto que tiene detrás a toda la que quiere, pero para mí, no es gran cosa ni tanto como dicen algunas, yo lo veo como al superficial de Blake.
  -- Que graciosa eres renacuaja.
  -- Claro, al contrario que tú - muestro una sonrisa fingida y de repente la quito -. Y deja de llamarme así - le dige algo seca pero hace caso omiso.
  -- Oye Leslie, ¿te apetece ir a tomar algo?
La lleva clara conmigo si se cree que me va a tener comiendo de su mano.
  -- No gracias, ya tengo planes.
  -- ¿A sí? ¿Y se puede saber qué planes? - pregunta divertido.
  -- No te importa - le contesté -. Te tengo que dejar, que tengo que comprar. Adiós Blake.
Hago el afán de irme pero me agarra del brazo. Pero, ¿de que va este tío?
  -- ¿Y me vas a dejar aquí plantado encima de que te he propuesto ir a tomar algo? - dicr haciéndose el ofendido.
  --Sí - contesté -. Y, ahora, me voy.
  -- Adiós, renacuaja.
Me giro otra vez, esta vez no me agarra del brazo pero escucho que dice algo, aunque no le presto atención por que me da igual lo que intenta decir, así que lo ignoro y entro en el súper.
Cojo una pizza congelada, agua, leche y algunas cosas que me hacen falta, ya vendré mañana a comprar lo demás. Termino y me dirijo a casa, pero cuando llego a la esquina de mi calle veo un perro muy pequeño, me acerco y lo veo mejor. Es un cachorrito de Labrador. Camimo hacia él para ver si se asusta,  pero lo único que mueve el rabo, pero no hace nada más. Tal vez habría llegado hata allí caminando, pero del frío se habrá tenido que parar. 
Está magullado y un poco sucio, pero a pesar de eso lo cojo, aunque pata cogerlo tengo que maniobrar con las bolsas de la compra. Una vez lo tengo en brazos le miro el cuello para ver si encuentro un collar, pero no tiene nada. Mientras lo cojo me percato dr que es una hembra. 
Me la llevo dentro de casa porque no puedo dejarla ahí con el frío que hace, parece tan indefensa y está tan descuidada que se me rompería el alma si la dejara allí. Entro dejo a la perrita en el suelo y cierro con llaves. Después voy a la cocina con las bolsas y las suelto en la la mesa encimera que hay en el centro de la cocina. Cogí la pizza para dejarla encima de la encimera de mientras enciendo el horno para qur se caliente.
Voy al salón para encender la chimenea mientras que la perrita me mira, subo al cuarto de mis padres y voy al armario para coger unas mantas viejas que usábamos para ponerlas en el suelo cuando venían mis primos y mis primas para jugar. Cuando consigo cogerlas bajo y las coloco en frente de la chimenea. Me arrodillo y empiezo a dar golpes en las mantas para que venga.
  -- Vamos, chica, ven.
Me mira y empieza a mover la cola.
  -- Ven perrita.
Esta vez cmienza a andar hacía a mí y cuando llega le acaricio la cabeza, la cojo y la pongo encima de las mantas.
  -- Buena chica - al menos es obediente -. Quédate aquí, voy a ver si tengo algo para darte de comer.
Le hablo como si me fuera a contestar, pero aunque sé que no lo va a hacer, me gusta hablarle.
Me pongo de pie y camino hasta la cocina. Voy al armario de en frente del fregadero y cojo un cuenco, después voy a las bilsas de la compra para coger la leche y echo una poco en el cuenco, porque no sé qué otra cosa darle. Se lo llevo, lo coloco en el suelo, justo al lado de su cabeza y empieza a beber. Cuando termina la con encima de mi regazo y empiezo a acariciarla y me fijo en que tiene una mancha marrón en la pata derecha trasera.
Podría ponerle un nombre, porque me gustaría quedarmela, al menos así no estaría tan sola cuando mis padres se fueran.
  -- Te tendré que poner un nombre ya que estás aquí ¿no? - mueve la cola mientras yo le sigo acariciando la cabeza - ¿Lya?
Gruñe un poquito, parece como si me hubiera entendido.
  -- ¿No? Pues entonces Dana, ¿qué te parece? - la perrita ladra una vez. - ¿Te gusta?
Ladró otra vez.
-- Me lo tomaré como un sí - me rio.
En ese momento suena la alatma del horno, ya se ha calentado. Se me había pasado completamente que tenía hambre.
Me levanto y me dirijo a la cocina, otra vez, para meter la pizza en el horno. Escucho el ruido de unas patitas acercándose, me giro y ladra.
  -- A mi madre tendré que convencerla para que deje que te quedes - me acerco a ella, la cojo y empiezo a acariciarle la barriga -. Pero no creo que me cueste mucho, de todas formas, casi nunca está en casa.
De pronto suena el teléfono, y me acerco a la columna de al lado del frigoraífico, donde está colgado el teléfono para coger la llamada.
  -- ¿Sí?
  -- Hola cariño - era la voz de mi madre - ¿Qué tal todo por ahí?
  -- Pues bien, ahora estaba calentando una pizza para cenar - le contesté. - ¿Y por allí?
  -- Bien, todavía tengo que estar aquí un par de días mas, ¿te las apañarás bien no? - Dana ladra - ¿Leslie, que es eso? Parece un perro,¿no habrás llevado un perro a casa, no?
  -- Sí, es un perro mamá - le contesto, y antes de que hable para que se enfade conmigo, añado rápido -. Me la he encontrado en la esquina de nuestra calle, no tenia collar y estaba magullada. Hacía frío, me dio pena y la metí dentro - dije intentando conmoverla.
  -- Hija, sabes que no me gustan los animales.
  -- Mamá que más te da si casi nunca estás en casa, además, soy yo la que la va a cuidar, venga mamá.
  -- Vale, tu vas a tener toda la responsabilidad, yo no quiero saber nada.
Sonó el timbre del horno. La pizza estaba ya echa.
  -- Gracias, mamá, tu no te tendrás que ocupar de nada - digo mientras cojo las manoplas de horno y saco la bandeja.
  -- Bueno, cariño, te dejo que tengo ahora una conferencia, ya sabes que la diferencia de horario de allí a aquí es bastante grande.
  -- Vale, mamá, cuídate.
Colgamos y suelto a Dana para lavarme las manos. Al terminar pongo la pizza en un plato y, la corto y me dirijo al salón, Dana me sigue. Me siento en el sofá, coloco el plato en la mesa y enciendo la televisión. Cuando termino de cenar me acurruco en el sofá para ver la tele, pero una vez más el sueño me vence.

Un sonido me despierta a media noche, proviene de fuera, pero como la tele sigue encendida pienso que puede ser cosa de eso.
Dana se ha quedado dormida a mi lado, por lo visto no le gusta estar sola.
Vuelvo a escuchar otro sonido proveniente del exterior y me levanto del sofá para mirar por la ventana, pero no se ve gran cosa, la oscuridad se ha adueñado de las calles, así que cojo un paraguas del paraguero de la entrada, porque es lo primero que veo, y salgo fuera despacio y con cuidado.
En el patio delantero no hay nada ni nadie y pienso que a lo mejor será algún animal por lo que decido volver dentro, pero cuando voy a cerrar la puerta se escucha otro ruido que parecen pasos sobre el césped, se están acercando.
  -- ¿Quién está ahí? - pregunté alarmada.
Se oyeron más pasos, pero esta vez alejándose, escucho atentamente para ver a donde se dirigen, pero ya están lo suficientemente lejos como para distinguir a donde han ido esos pasos. Pero, ¿qué le pasa a la gente?
Primero lo de anoche, que no tengo ni la menor idea de que ha pasado, después me despierto en casa de un extraño, y ahora esto. ¿Qué demonios pasa?
La verdad es que no entiendo nada y por mas vueltas que le doy, más lioso es todo aquello.
Opto por pensar que solo es un día raro, creo que es la mejor opción.

Entro dentro, cierro las puertas y ventanas, recojo y apago todo, cojo a Dana, las mantas y los llevo a la habitación. Empiezo a buscar revistas o periódicos y cuando encuentro uno lo pongo en el suelo extendido para que la perrita tenga para hacer sus necesidades. 
Me cambio y me pongo la ropa de antes, y seguidamente me tumbo en la cama para desconectar por completo.
 Ha sido un largo día.

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lunes, 2 de enero de 2012

Capitulo 1

Me despierto en un lugar extraño, no sé ni dónde estoy ni cómo he llegado aqui. Lo que está claro es que estoy en una habitación, pero ¿qué es todo esto?
Y lo único que recuerdo de anoche es que cuando terminó la fiesta iba de camino a casa cuando vi a un chico muy raro, pero de pronto pasó algo, me maree y me desmayé. Eso es todo lo que recuerdo.
Aunque la habitación es bonita, me resulta un tanto extraña. Me fijo en la ventana,  me levanto de la cama y me acerco a ella.
Desde la ventana se ven muchas casas una al lado de la otra, árboles por los alrededores y veo un cielo azul despejado.
 La abro y se escucha el canto de los pájaros por la mañana. La cierro y me giro. Miro la puerta, que estaba justo enfrente de la ventana, y me acerco a ella para abrirla y bajar para ver donde estoy.
Al salir veo un pasillo alargado y estrecho, en el cual hay tres puertas más, una a mi derecha y dos a mi izquierda, y unas escaleras delante de mí. Las paredes son de un color crema, el suelo de una madera oscura y hay una alfombra de color burdeo. En la casa hay un olor bastante peculiar que me recuerda a cuando mi madre tendía la ropa limpia con un olor fresco. 
Camino hasta las escaleras, que no son muy largas y de la misma madera que el suelo del pasillo y empiezo a bajarlas con cuidado e intentando no hacer mucho ruido, porque he escuchado algo abajo.
Una vez en la planta baja voy despacio hacia la derecha, que era de donde provenían los ruidos. Me asomo por el quicio de la puerta, pero para mi sorpresa no hay nadie.
Es una cocina amplia y de colores claros, con los espacios bastante aprovechados y muy acogedora.
  -- ¿Qué haces aquí?
Me giro sobresaltada, pues no me esperaba que hubiera alguien detrás de mí.
  -- ¡Ah! - grito - Me has asustado..
Hay un chico plantado enfrente de mí, tiene un trapo en las manos y se las está secando. 
Es alto y moreno, también viste con unos vaqueros oscuros y una camiseta de manga corta blanca, sus cabellos castaños y cortos están alborotados.
Es bastante guapo, eso hay que admitirlo.
  -- Lo siento, no era mi intención - dice amablemente y con una sonrisa.
  -- ¿Quién eres y dónde estoy? - pregunto desconfiada.
Me mira.
  -- No deberías estar aquí abajo, tendrías que estar descansando - dice tranquilo.
Hace caso omiso a las preguntas que le hago, como si no le hubiera preguntado nada.
  -- No necesito descansar, estoy bien, gracias - digo fría -. Lo que quiero es saber quién eres y dónde estoy.
Bueno, lo cierto es que puede que me duela un poco la cabeza, pero de todas maneras eso no tiene importancia, y no me hace ninguna gracia todo esto.
Nada tiene sentido, es una locura, ¿qué hago yo aquí con un extraño del que desconozco las intenciones que tiene? Lo único que quiero es saber quién es ese chico y que hago yo aquí.
  -- Soy Daniel Shore, ¿y tú? - contesta al fin poniendose una mano en la nuca.
Sonrie y su sonrisa es pícara, como si todo eso fuera divertido y le hiciera gracia, cosa que a mi estaba claro que no, yo no le veo ningún motivo para reír. Me pone nerviosa esa situación.
  -- Yo soy Leslie, Leslie Brooks - respondo -.¿Dónde estoy? - vuelvo a preguntar esperando ahora una respuesta.
Aunque cada vez estoy más irritada, intento no parecerlo, pues mi madre siempre me ha dicho que hay que guardar la compostura aunque te saquen de tus casillas. Pero es que él está tan tranquilo que consigue irritarme más aun y me cuesta fingir.
  -- En mi casa.
  -- Y, ¿se puede saber qué diablos hago en tu casa? - digo recalcando las dos últimas palabras.
Le miro a los ojos, y hasta ese momento no me doy cuenta de que son tan verdes que impresionaban, a pesar de estar a más de un metro y medio.
  --Anoche iba por la calle y te vi - empieza relatando se apoya en el quicio de la puerta de una salita que tiene detrás -  y de pronto te caíste al suelo. Fui a ver que te pasaba y por qué no te levantabas, me arrodille a tu lado y te empecé a llamar, pero no te despertabas,  así que decidí llevarte a mi casa - dice sin mostrar expresión alguna.
  “Puede que no sea tan malo como yo creía” - pienso mirándolo, pues no sabía que decir.
Estamos unos minutos callados en un incomodo silencio que rompe él.
  -- Hemm... ¿Quieres algo de desayunar? - dice incorporandose y acercandose más a mí y vuelve a sonreír como si no pasara nada.
  -- No gracias, me tengo que ir ya a casa - digo intentando ser amable, al menos por una vez.
Cuando me dirijo a la puerta de entrada me acuerdo de una cosa. Mi bolso, ¿dónde está? Sin él no puedo entrar en casa.
  -- Un momento, Daniel, ¿dónde está mi bolso?
  -- En el la habitación. Un momento voy a por el.
Lo miro mientras sube las escaleras, luego desaparece pero no tarda mucho en volver a aparecer. Cuando vuelve a estar junto a mi nos despedimos y yo me voy
De mientras que vuelvo a mi casa estoy sumergida en mi mundo intentando averiguar que pasó ayer, pero nada, lo ultimo que recordo es que me desmayé y no consigo recordar otra cosa, es como si mis recuerdos estuvieran bloqueados.
Cuando llego a casa veo que el coche de mis padres no está, como de costumbre. Están de viajes de negocios y no han vuelto todavía.
  “Menos mal que no están, por que sino me tendría que inventar una excusa de por que no llegue a casa anoche” - pienso mientras entro en casa.
Suelto las llaves en el mueble de al lado de la puerta y subo a mi habitación, cogo ropa limpia y la más cómoda para estar por casa y voy al baño. Como siempre, pongo música mientras me ducho, cuando termino me seco el pelo con la toalla mientras vuelvo a la habitacióm. Enciendo el ordenador y veo un e-mail de Kathy, a la que se lo cuento todo y conoce mi vida mejor que yo.
 
Recibido 11 / 12 / 2015 a las 11:13
     De: Kathy Brown. 
¡Leslie! Cuando te cuente lo que me ha pasado hoy te vas a quedar con la boca abierta.
Mira, esta mañana iba a casa de mi abuela y ¿a que no sabes a quien me encontré?
¡A Kyle, tía! Iba en bici y un poco mas y me atropella. Menos mal que frenó a tiempo y no nos chocamos. Me dijo que le disculpase que no estaba atento, y estuvimos un rato no muy grande hablando. Pero, ¿sabes qué es lo mejor? 
¡Qué me ha invitado hoy al café! Así que eso significa, ¡qué es una cita!
Aunque no lo haya dicho con esas palabras.
Ah, y tengo que ir al centro comercial, necesito ropa para el 24.

Mientras lo leo me rio. Kathy es mi mejor amiga, llevamos juntas desde pequeñas y somos como hermanas gemelas. Es muy risueña y siempre está alegre, no conozco a nadie como ella.
Kathy es bajita y de complexión delgada, sus ojos del color de la miel le resaltan con el moreno y su largo y castaño pelo es precioso.
Le contesté.

Enviado 11 / 12 / 2015 a las 13:38.
    Para: Kathy Bown.
 Ya sabes, nada más que llegues lo que tienes que hacer ¿no?
Enviarme un e-mail o llamarme y me lo cuentas todo con detalles. Y yo también tengo que contarte cosas.
Por cierto, ¿ayer pasó algo en la fiesta?
Yo también tengo que ir a comprarme el vestido, ya mañana hablamos de eso en el instituto.

Después de enviárselo me tumbo en la cama y me puse a mirar el techo, minutos más tarde me quedo dormida.


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   Vestimenta de Leslie:
          En casa. http://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&id=55060131